En 2010 pudimos acompañar a Togame y Shichika en su viaje por 12 espadas, el anime del que te hablamos: Katanagatari. Su travesía dio como resultado una serie que duró todo un año inspirado en las novelas ligeras de NisiOisin. Hoy te traemos una nueva Reseña Final. ¡Comencemos nuestro propio viaje!
Nuestra historia, de la que somos partícipes día con día, es un viaje. Todos estamos desplazándonos de algún modo y hacia algún lugar. Tener consciencia de este movimiento depende de cada persona. ¿A dónde nos dirigimos? ¿A un lugar, a una meta, a una persona? Creo que la vida de cada quien es uno y muchos caminos y que cada acción que tomamos es la posibilidad de iniciar un viaje.
Katanagatari (2010) es una travesía. Nada es lo mismo tras iniciar un viaje y “el fin de cualquier viaje es el fin de todo”. Por supuesto, el interés por narrar nuestras excursiones, es una pulsación humana muy antigua: La Epopeya de Gilgamesh, La Odisea, La Biblia: culturas enteras se han cimentado gracias a una peregrinación mítica, a un viaje fantástico. Ejemplos sobran; aun nosotros, al vivir un evento memorable en algún viaje (aunque sea ir a la escuela, al trabajo, o a casa de un amigo), nos llenamos de emoción al contarle a alguien más nuestra anécdota.
Con una premisa tan sencilla y tan utilizada como iniciar una travesía en búsqueda de algún objeto es como se nos presenta Katanagatari. Pero no caigamos en la aparente trampa de simpleza: la odisea que se nos muestra en esta trama es expansiva, cada capítulo desdobla de manera inteligente un poco más del mundo. Más que una línea recta, el avance narrativo de esta serie me resulta una suerte de esfera que transforma todo lo que cubre.
El hecho de que originalmente apareciera un capítulo al mes (recordemos que habrá una retransmisión del anime durante esta temporada anime primavera 2013) nos da la idea de que estamos recorriendo un largo camino: es una serie que dura un año y cuyas entregas funcionan bastante bien por sí solas. Sumado a que en algunos casos cada episodio nos habla de que ya han pasado más meses dentro de la narración, el viaje de Katanagatari es un poco también una leyenda. Y como toda leyenda, podría decirles que la historia presentada, funciona como un cuento que ha ido pasando de generación en generación y que, por lo tanto, no tiene certeza de muchas cosas.
Hablemos de la narradora. Su voz nos hace pensar que es una persona mayor que bien podría estar contando la aventura a personas de menor edad. Sus intervenciones me parecieron oportunas e interesantes: se da el lujo de proporcionarnos detalles (spoilers) que veremos en capítulos posteriores, igualmente decide omitir cosas que al público tal vez le interesen, e incluso nos engaña asegurando que vendrán cosas que no llegan. Estas actitudes, sumadas con algunos “huecos” dentro de la trama, más que errores me parecen apuestas bastante interesantes y muy bien logradas. Teniendo su origen en una serie de novelas ligeras, me agrada pensar que lo que no se revela, busca incitar al lector (o a quien observa en este caso) a completar los huecos por su cuenta. En Katanagatari ¿podríamos decir que la mejor pelea es la que no podemos ver? Me aventuro a decir que sí.
La historia de este anime puede resultar rica en varios niveles. De entrada, es una obra que está consciente de que es ficción (¿recuerdan a Togame hablando sobre el capítulo 1 en el capítulo 1?). Igual de interesante es la noción que tienen los protagonistas de sí mismos y de su construcción como personas desempeñando papeles; en general, el hecho de que la personaje principal esté reescribiendo los sucesos que vemos a la par es otro nivel narrativo que vale la pena recordar. Una crítica que he visto constantemente es que los primeros 2 episodios de Katanagatari son bastante lentos en comparación con el resto. Si lo pensamos con la idea anterior podríamos decir que la historia se está escribiendo a sí misma conforme está siendo contada.
Quise hablar de la narradora y de los niveles narrativos para llegar a uno de los conceptos más interesantes de la serie: La Verdad. ¿La trama que se nos cuenta es verdadera? ¿lo es la Historia en donde se ambienta? Varios momentos nos hacen pensar que todo es falso, el mundo en el que sucede la trama, los personajes mismos. Muy pronto Katanagatari se cubre con un velo que nos hace dudar de su verdadero rumbo. Un punto favorable, ya que funciona como uno de sus ganchos para atraer a quien observa.
En realidad el anime tiene muchos elementos fuertes que por sí solos podrían atraer al espectador. Uno de ellos, ya me estaba tardando en mencionarlo, es su diseño artístico. No debería sorprendernos que una crítica, bastante simplista claro, del anime sea que el dibujo de sus personajes se ve muy sencillo (pensando en comparación de otras series y, por qué no, en el trabajo anterior de su creador: Bakemonogatari).
No dejemos pasar la idea de que los visuales de una serie son también un lenguaje. En esto Katanagatari se distingue con creces. La serie está llena de detalles que visualmente llaman la atención, uno de los que más me agradó es que muchos de los personajes tienen colores y diseños únicos en sus iris, diría que su personalidad puede intuirse con tan sólo ver tus ojos. La paleta de colores es amplia y vital, aprovechándose de gran manera: al tener una historia que abarca las 4 estaciones podremos observar escenarios pintados de (casi siempre) saturados verdes, amarillos, naranjas, etc.
El uso de los colores sumado al único arte ofrecen un trabajo bastante pulido, un lenguaje en donde además de una gran historia contamos con momentos que, “sin decir nada”, pueden permanecer en nuestra memoria. En muchos casos son las escenas de acción
las que dan pie a momentos verdaderamente hermosos, como cuando la sangre se convierte en hojas o pétalos. Los personajes mismos son trabajos bien acabados con detalles especiales en su ropa y cabello, me encantó en lo particular que cada uno, sobre todo el Clan Maniwa, luciera tan único visualmente.
Y volviendo a los momentos de acción creo que la animación para las coreografías de los combates resulta bellamente lograda. Se podría decir que el anime tiene más diálogos que peleas, no obstante, los primeros no hacen menos a las segundas, las cuales, incluso siendo muy breves se muestran ingeniosas e incluso memorables.
Considero que el característico –gatari (que es español se traduce como “historia”) de NisiOisin, creador de las novelas ligeras, funciona de forma excepcional en el anime del que hablamos. Katanagatari es “Una historia de espadas”, y esta sencillez resulta ser su carta más fuerte. Para hablar acerca de sus personajes me gustaría antes recordar cómo una narración que parte de un objeto (la espada) puede crecer tanto; hay una frase en la serie que nos podría resultar iluminadora: “Los objetos tienen espíritu, como las personas”
Si ahondamos en esto podríamos decir, incluso, que idealmente las espadas son más importantes que los humanos. Y así tenemos a nuestros 2 protagonistas: Togame, la estratega y Shichika Yasuri, líder de la séptima generación Kyotouryuu. Su relación, como las de muchas otras parejas que inician un viaje, se basa en el conocimiento de uno mismo y del otro.
Pasa el tiempo y nuestros personajes se transforman (viajar es transformarse). La relación con el otro modifica la forma del uno, y tratándose sólo de 2 personas creo que al final Togame se ha convertido un poco en Shichika y viceversa: sus visiones del mundo terminan por mezclarse y de ahí el valor de su evolución como personajes. Togame me agradó bastante: es una persona parodia de sí misma, que con la misma fuerza puede tener momentos ridículos como brillantes. Es ella la que por un tiempo lleva el hilo de la historia pero Shichika me ha llamado más la atención.
El viaje cobra gran importancia a los ojos del protagonista. Salir a la aventura es un acto de gran valor, más cuando se desconoce por completo el mundo exterior. No dudo que muchos consideren a Shichika como una “hoja en blanco”, que en diversos momentos carece de “personalidad”, sin embargo esto me resultó bastante interesante. Si recuerdan lo que les decía acerca de los niveles narrativos me atrevería a decir que el protagonista es también uno de ellos. Descaradamente Togame escribe a Shichika, lo construye como personaje.
A final de cuentas la historia de espadas es la historia de Shichika. De su formación como ser humano y como espada a lo largo de 12 episodios. Algo que me encantó de su personalidad es la inocencia con que se enfrenta al mundo y a sí mismo: como cuando está celoso de Togame y no tiene palabras para describir lo que siente actuando instintivamente. Su riqueza como personaje brilla más gracias a sus aparentes carencias
Los dueños de las espadas, las armas mismas respiran una personalidad que tiene su momento para mostrarse redondamente al tener 50 minutos por capítulo. Si lo pensamos, prácticamente todos los habitantes del universo de Katanagatari cuentan con un lugar para que podamos conocerlos.
No quisiera dejar atrás al Clan Maniwa. A decir verdad, el concepto general del grupo me agradó mucho, el diseño de cada uno de los 12 me pareció bien logrado y muchas de sus personalidades me resultaron atractivas. Mi única queja, sería la facilidad con la que mueren, dejándome con ganas de ver un poco más de sus habilidades; no obstante su valor humano me es también trágico, al definirse como seres que “sólo viven y mueren” no pueden sino hacernos reflexionar sobre la forma en que se valoran a sí mismos.
Musicalmente, la serie tiene buenos argumentos. Taku Iwasaki, quien nos ha dado música para series como Gurren Lagann y Soul Eater fue el encargado de la banda sonora y nos presenta un soundtrack tan único como los visuales de la historia. Se distingue la fusión de géneros desde el hip-hop hasta el rock, pasando por momentos electrónicos y mezclas con sonidos tradicionales japoneses. Los temas principales podrían parecernos bastante sencillos, pero sumados con la variedad de piezas tenemos un abanico sonoro que sabe enaltecer los sucesos en la historia, creo que este OST sin duda merecería un artículo en nuestra sección de Sounds, hay muchos temas que difícilmente olvidaremos.
Acercándome a la parte final de esta Reseña Final no podía olvidar mi recomendación para quienes aún no han visto este gran anime. Comenzaría por decir que es una historia que vale la pena seguir a su propio ritmo, buscar acelerar las cosas o argumentar que es muy rápida/lenta me parece querer dar un salto que no es necesario. Hemos sido elegidos para comenzar un viaje, tal vez no seamos los mismos al concluir
Katanagatari es un anime que también podría funcionar como obra de teatro en donde todo lo que vemos es simplemente una actuación y cuyo telón tarde o temprano deberá descender. No quisiera que una crítica a esta serie sea su falta de apego histórico porque de hecho nunca fue ésa su intención. Es más, como lo comentábamos, podría tratarse de una larga mentira, un camino cuyo recorrido fue ilusorio.
Creo, y posiblemente muchos estén de acuerdo, que Katanagatari funciona con varias fórmulas que se repiten consta
ntemente, pero que no dudarán en modificarse según sea el caso. Pienso que esta constante no le resta méritos a la trama; seguir el paso de nuestro anime, debería, quizá idealmente, darnos a entender que el resultado de estas fórmulas simplemente hará más grande a la serie como un Todo, terminado y completo
Me detengo, pues. Pensando en nuestros viajes, nuestras travesías y aventuras. ¿Realmente sabemos a dónde vamos? ¿Es el fin del camino la verdadera meta? Katanagatari es un gran anime que sin duda nos podría dejar reflexionando un tiempo. Mientras tanto les puedo decir que esta serie nos habla a todos nosotros ofreciéndonos un futuro feliz, lleno de esperanzas y muchos sueños.
Mi Reseña Final lentamente baja sus cortinas aquí.
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Título: Katanagatari (刀語)
Formato: TV Serie
Duración: 25/01/2010 – 10/12/2009
Capítulos: 12
Género: Acción, Romance, Drama, Fantasía
Temas: Artes Marciales, Espadas, Ninjas, Tragedia
Original: Novela Ligera
Autor: NisiOisin
Director: Keitaro Motonaga
Estudio: WHITE FOX
Productores: Aniplex, Fuji TV, Kodansha, Lantis, MOVIC
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