¿Qué lo hacía atractivo? ¿Era porque aparecía en la portada del juego? ¿Por qué al escogerlo sabíamos que tomaríamos el camino difícil? No podemos negarlo: desde aquel ya lejano 1996, cuando las versiones Roja y Verde llegaron a Japón, el pokémon inicial predilecto eraCharmander(Hitokage), el dragón bebé cuya flama representa su salud, su estado de ánimo y cuya evolución final es Charizard(Lizardon).
Pero, ¿qué es lo que, para quienes jugamos las primeras versiones de Pokémon, diferenciaba a Charizard de Blastoise y Venusaur, más allá del evidente tipo fuego? Preguntando aquí y allá, una de las respuestas más comunes fue “es un dragón” y los dragones, para quienes crecimos con la moda dinosauril de los 90’s, eran sinónimo de genialidad. Así, de nacer como una salamandra (Hitokage), nuestro querido dragón se convertía en un temible dinosaurio(Lizardon).
Lejos de ser uno de los pokémon de fuego más poderosos desde su primera aparición, el gran acierto de Charizard fue nacer cool y nacer badass Gran culpa de esto tienen el anime y manga en Japón. El fuego de los Charizards ha ardido en 7 mangas en los que no necesariamente es uno de los pokémon del protagonista; posiblemente, el caso más valioso sea el Charizard de Blue enPocket Monsters: Special –el mejor manga de Pokémon a mi gusto.
Sin duda, el Charizard más conocido es el que aparece en el anime serializado Pokémon de 1997, que apareció un año después de la salida de las versiones Roja y Verde. El poderoso dragón resultó tan poderoso que ni el propio protagonista de la historia, Ash, podía controlarlo, tal como sucede cuando recibes un pokémon de intercambio y no tienes las medallas suficientes para que te obedezca. De los 3 iniciales de aquella generación, fue el único en evolucionar y, hasta la fecha, es considerado como el más poderoso dentro del equipo del forever-young-Ash capaz de vencer a los rivales de cada región conocida (y hasta algunos legendarios como Articuno y Entei).
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